“Platero es pequeño, peludo… ¿y qué más?”. Es lo que yo imagino que pensaría Juan Ramón Jiménez cuando, allá por 1914, quiso describir al burro más universal. Con dos adjetivos no bastaba. Era como si la descripción se quedara coja. Intenta describir a un alumno. ¿Con dos adjetivos no tienes suficiente para identificarlo? Pues eso me pasa a mí, pero con todo.
Decía Javier Barrera en el prólogo de mi libro English Productions for Bachillerato que “todo viene en tríos: sujeto, verbo y predicado, a nivel de construcción gramatical; planteamiento, nudo y desenlace, a la hora de construir una historia; estudiante principiante, intermedio o avanzado, en fases de aprendizaje; igual que nacer, envejecer y morir, en etapas de la vida”.
Si echo la vista atrás, uno de los recuerdos más claros que tengo de mi vida de estudiante es mi necesidad de agruparlo todo en tríos para que no se me olvidara nada: datos, operaciones y resultados, en Matemáticas; causas, desarrollo y consecuencias, en Historia; introducción, nudo y conclusión, en la estructura de un essay en Inglés.
Como dirían mis alumnos, no quiero “rayarte” con este artículo. Simplemente, es una reflexión para que tú también reflexiones sobre los beneficios del agrupamiento en tríos, tanto a la hora de prepararse para la labor docente como durante la misma. La dividiré en tres apartados:
1) Durante la preparación del examen escrito de tus oposiciones, intenta dividir el temario en tres bloques: los temas que me voy a preparar al cien por cien, los que descarto y los que llevaré para desarrollar solo en el caso de que no me caiga ninguna bola del primer grupo. Una vez inmerso en el estudio, divide cada tema en tres grandes bloques y cada bloque en tres subbloques. A la hora de hacer el examen, haz un buen esquema, desarrolla el tema y dedica un tiempo a la revisión antes de entregarlo.
2) Durante la preparación del examen oral y siempre que estés programando, procura que tu hilo conductor también esté presente en todas tus actividades:
– Actividades entrantes, platos principales y postres, en el caso de un menú.
– Actividades luces, cámaras, acción, para el cine.
– Actividades preparados, listos… ¡ya!, si tu hilo conductor está relacionado con el deporte.
Asimismo, sin olvidar la taxonomía de Bloom, podemos dividir las actividades multinivel (a la hora de trabajar un mismo contenido de diferentes formas) en:
– Recordar/comprender: definiciones, resúmenes, esquemas…
– Aplicar/analizar: encuestas, informes, presentaciones…
– Evaluar/crear: anuncios, podcasts, cortometrajes…
Estas diferentes formas de trabajar un mismo contenido nunca supondrá que el alumno deba “encasillarse”. Como subraya Alba Sabuco, “nuestro objetivo debe ser, en todo momento, intentar mover a TODO NUESTRO ALUMNADO hacia las habilidades cognitivas de orden superior”.
3) Durante la práctica docente, prepara tus clases y no lo dejes todo a la improvisación, disfruta enseñando y analiza los puntos positivos y mejorables de tu intervención. Al final, tanto en tu autoevaluación como en la que transmitas a tus alumnos, te recomiendo la técnica del sándwich, donde primero formules un elogio sincero, después te centres en la negativa o aspecto a mejorar para, finalmente, terminar con un mensaje de ánimo o una propuesta positiva.
2 comments
Desde luego que tu teoría de los tríos nos ha calado!!
Esta teoría me ha encantado no la conocía pero tiene su lógica, ha sido un ratito muy entretenido aunque no esperaba menos del mejor teacher del mundo. Sigue creando contenido *porfiiis