Hoy ha comenzado un nuevo curso (concretamente el 2023/2024) y, de las pocas cosas que no podremos cambiar de él, estará la primera impresión que de nosotros se lleven nuestros alumnos. Luego podrán cambiar de parecer, pero la primera será siempre la primera.
Es muy difícil contestar a qué hacer en ese primer día de clase. Por supuesto, cuento con que hay una predisposición a preparar algo más que una ficha fotocopiada y un rechazo a empezar directamente con el temario de la asignatura. Esa pregunta ya desvela que queremos hacer algo diferente y en mis actividades diferentes siempre hay un factor común: la emoción.
Si no conocemos a los alumnos, recomiendo comenzar con un sobre cerrado. Previamente, hemos guardado un espejo en su interior y hemos escrito en la parte del destinatario: «El contenido de este sobre refleja lo más importante que te acompañará en este camino que acabas de emprender». Obviamente, este mensaje se puede modificar para ajustarlo a los destinatarios. Hoy he empezado las clases de Inglés en el primer curso de Gestión Administrativa con el mensaje: «Dentro de este sobre encontrarás lo esencial para hacer frente a este ciclo formativo». Asimismo, a mis alumnos opositores o a los tutores de mi instituto les he escrito: «Este sobre contiene el secreto de la Enseñanza». Porque sí, al final, lo más importante, lo esencial o el secreto no es la ley de turno, ni los equipos directivos, ni siquiera las conserjes… Como escribí para la comparsa «Los Resistentes» en 2022:
«(…) el secreto ya está aquí.
No busques, pues contigo estuvo siempre.
Pon un espejo frente a ti.
Es ese, ese que tienes enfrente,
el resistente».
Si ya conocemos a nuestros alumnos, podemos recortar tantas estrellas como alumnos tengamos y hacerles responder en cada punta a una pregunta sobre ellos mismos. Os recomiendo preguntas donde tengan que buscar un poco más de lo habitual en su interior, tales como: «¿Hay algo de ti que te gustaría cambiar?, ¿cuál es tu mayor miedo? o ¿quién es tu héroe o heroína?». Este año, les he pedido a mis alumnos de tercero de Diversificación que pongan sus nombres en la parte central y los hemos tapado con un «rasca». La idea es leer la cinco puntas y que el resto de la clase intente descubrir a quién corresponde esa estrella. Seguidamente, rascaremos el centro para saber si sus compañeros han acertado o no. Al final, podemos pegar todas las estrellas sobre una cartulina o papel de regalo para que siempre recuerden que formamos parte de una «Classroom of Stars» (en analogía con la canción «City of Stars») y que tienen un año por delante para brillar…