Nunca le hice a ninguno de mis maestros ninguna referencia o pregunta relativa al sexo. Yo creía que el maestro de Matemáticas estaba para enseñar matemáticas, el de Historia para enseñar historia y el de Inglés para enseñar inglés. No habría estado mal una asignatura donde, con toda la naturalidad del mundo, nos enseñaran a conocernos mejor a nosotros mismos, sobre todo en esa edad en la que tenemos tantas inquietudes e inseguridades.
Todo eso ha cambiado. A la mínima que encajas la puerta de la confianza con tus alumnos, estos aprovechan para sacar el tema estrella: el sexo.
No voy a escribir un artículo sobre obviedades a la hora de afrontar este tema. Prefiero hacerlo de mi “top 5” de anécdotas (algunas más pedagógicas que otras) referidas al sexo acaecidas en algunas de mis clases. Con esto lo único que pretendo es decirles a los maestros de Matemáticas que no siempre enseñarán matemáticas, ni los de Historia historia, ni los de Inglés inglés…
Puesto número 5: Sabias palabras.
Un alumno me pide consejo porque está convencido de que yo tendré “sabias palabras” a la hora de ayudarlo. Me dice, desde la seriedad y preocupación real, que “la tiene muy grande” y que eso se está convirtiendo en un problema a la hora de tener relaciones con chicas…
Posible solución: Le aconsejé tener paciencia. A veces, lo que ahora nos parece un problema se convierte en un enorme (ejem…) privilegio más adelante…
Puesto número 4: Encierro domiciliario.
Una madre me cuenta que está preocupada porque su hijo y su novia se llevan toda la tarde metidos en la habitación y presiente (como madre que es) saber para qué…
Posible solución: Le recomendé hablar con él y, por si acaso, comprarle una caja de preservativos.
Al día siguiente, el niño se acercó a mí y, con la sonrisa más pícara que podáis imaginaros, me preguntó: “Maestro, ¿qué te crees que me he encontrado en el cajón de la mesilla de noche…?”
Puesto número 3: Reconciliación.
Un alumno quiere reconciliarse con su exnovia pero ella no quiere quedar para hablar con él fuera del instituto.
Posible solución: Le ofrecí hablar yo con ella en el departamento de idiomas durante el recreo y que él, casualmente, apareciese por allí.
Cuando él llegó, los dejé solos 5 minutos para que hablaran (con el consentimiento de ella) y, al volver, me encontré al alumno con el botón del pantalón desabrochado… (Por cierto: se reconciliaron y siguen juntos a día de hoy).
Puesto número 2: Confesión embarazosa.
Una alumna de 16 años me confiesa que se ha hecho el test de embarazo y le ha dado positivo.
Posible solución: Le pedí que fuera al médico y se lo hiciera allí para confirmarlo y (dado que yo conocía sus terribles circunstancias familiares) que solicitara ayuda psicológica si tenía que tomar alguna decisión.
A los pocos días, me lo confirmó y me soltó esta barbaridad: “Le he contado mi vida a la psicóloga y me ha recomendado que no lo tenga, así que lo voy a tener. ¿Tú quieres ser el padrino?”
Puesto número 1: Arma letal.
Un grupo de alumnos de Formación Profesional Básica no quiere examinarse de inglés oral.
Posible solución: Se me ocurre, para “engañarles”, proyectar en la pizarra un videochat donde, aleatoriamente, aparecen personas de distintas nacionalidades. Les digo que si son capaces de mantener una conversación básica en inglés con alguien durante 5 minutos, aprobarán la asignatura.
A uno de ellos le tocó una joven canadiense con cara de pocos amigos y comenzó la conversación tal que así:
– Hello! My name is José. Your name?
– Sarah…
– Sarah, beautiful! You boyfriend?
Ella hace ademán de querer bloquear la conversación.
– ¡Quillo, quillo! ¡Que me cuelga!
Y dice otro del grupo:
– ¡Pues enséñale tus armas!
– ¡Sarah, mira mis armas!
Y se bajó los pantalones.
Nota final: Sarah (que, sorprendentemente, sabía sonreír) se quedó 20 minutos, hablaban (en inglés) casi todos los días por Whatsapp y, si no hubiese sido por el coronavirus, se presenta en Torreblanca…
3 comments
Pues yo voy a agregar un punto y seguido.Porque seguirás nadando con tus alumnos y tu forma de enriquecer la enseñanza en muchos puestos más.
Me encanta que aquí te comente TU MADRE. un beso Josefa.
Jenry yo de este tema no tengo duda ni que comentarte nada al respecto ,??
La leche!!!Una amiga muy importante para mi siempre me dice que cuando nos hacemos mayores, perdemos al niño que todos llevamos dentro y q nos debe acompañar toda la vida. Pues bien, como profesor, lo más bonito que estoy experimentando a veces, es que si te dejas llevar, ese niño interior, vuelve de nuevo y te permite conectar con el alumnado al verte diferente al resto o quizá sea q te vean similar a ellos o visualicen a dicho niño interior.