Esta semana he vuelto a la Universidad de Sevilla, esta vez en calidad de preparador para aportar “claves para la defensa de la oposición”. Han sido muchos los sentimientos (todos bonitos) que esta experiencia ha suscitado, pero quisiera dejar constancia aquí de los principales puntos de mi ponencia para aquellos a los que puedan servirles en esta montaña rusa de sentimientos que son las oposiciones.
Hay una frase célebre de Henry Ford que dice: “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”. Por eso, la primera y más importante de las claves que doy (hablo en presente histórico) radica en sentirnos capaces y ver que la creencia en nosotros mismos debe ser superior a todas las dificultades que, sin duda, nos encontraremos en el camino.
Acto seguido, recurro a Dory, algo que ya no debe sorprender a ninguno de mis lectores. Es un «pez-luche» que me acompaña todos los cursos y acompaña a mis alumnos durante todas sus vidas. También me gusta presentarla ante los opositores para que les dé fuerzas para seguir nadando…
Entrando en materia, les muestro una fotografía que resume las distintas pruebas del proceso para el acceso al cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria:
Esta fotografía nos va a servir de guion en lo sucesivo, no sin antes advertir que la fase de «oposición» únicamente supone un 60% de la nota final, puesto que debemos someternos también a un «concurso» que engloba el 40% restante.
La primera parte de la oposición es la prueba de conocimientos específicos (lo que comúnmente llamamos “el escrito”). Esta parte se subdivide en una PARTE A, compuesta de ejercicios prácticos relacionados con la materia por la que opte el opositor, y una PARTE B, que consiste en el desarrollo por escrito de un tema también de la especialidad. Para hacer las dos partes tenemos 4 horas y media según el sistema actual (la ponencia tuvo lugar el 28 de octubre de 2020 y se centró en la comunidad autónoma andaluza, por ello conviene revisar las últimas convocatorias de las distintas autonomías y ciudades autónomas).
Lo primero que siempre recomiendo es una buena distribución del tiempo. Como la misma fotografía indica, la nota final es el resultado de la media aritmética de las dos partes (siempre y cuando en una de ellas se obtenga al menos un 2,5 sobre 10). Con lo cual, es conveniente darle la misma importancia a las dos. No sería la primera vez que un opositor comienza a redactar el tema y, cuando se da cuenta, apenas le queda una hora para los ejercicios prácticos. Para mí, la distribución más razonable es de una hora y media para los ejercicios prácticos y tres horas para el tema (nervios y repasos incluidos).
Pero vayamos por partes:
En la PARTE A es muy importante saber leer. Parece una perogrullada, pero es habitual que por el mero hecho de no leer lo que nos pide exactamente un ejercicio, el resultado de este se vaya a pique. Haz la prueba con la siguiente fotografía y lee en voz alta lo que pone dentro del triángulo. Luego léelo un poco más alto y después un poco más despacio…
¿Leíste “ASÍ ES LA VIDA”? Si le vuelves a echar un vistazo comprobarás que dentro del triángulo pone ASÍ ES LA LA VIDA. Evidentemente, esto no significa que no sepas leer, pero es algo que suele calar en mis alumnos y que les incita a ser más cuidadosos la próxima vez que necesiten entender lo que les pide un ejercicio para su correcta resolución.
Normalmente, nos darán opciones (por ejemplo, en Inglés hay que hacer tres ejercicios de los seis propuestos). Antes de elegir, es conveniente haber practicado todos los tipos de ejercicios posibles con anterioridad. Solo así sabremos qué se nos da mejor o peor y no nos la jugaremos si finalmente nuestros ejercicios favoritos no son ninguno de los propuestos ese año. Yo llamo esto un “entrenamiento a lo Goku”. Goku es el protagonista de la serie Bola de dragón. Este chico es entrenado por un conocido profesor de artes marciales que NUNCA le enseña ni una sola técnica de esta práctica. En cambio, lo pone a repartir leche, a arar la tierra con sus propias manos y a cargar con pesadas conchas de tortuga. Cuando su maestro ve lo preparado que está, incluso tiene que presentarse al torneo de ese año para vencerle y enseñarle así algo más importante que saber ganar: SABER PERDER.
El “entrenamiento a lo Goku”, pues, consiste en trabajar intensamente en esos huecos de tiempo que sé que apenas tienes y de todas las maneras posibles: con resúmenes en tarjetas, con datos importantes en pósits pegados en lugares recurrentes (el mío era el frigorífico…) o con alguna de las muchas aplicaciones móviles disponibles en la actualidad. También debes consultar exámenes anteriores para orientarte y, a ser posible, busca un “profesor de artes marciales” exigente.
En la PARTE B nos encontramos con una serie de temas extraídos al azar (5 de los 69 del temario, en el caso de Inglés) y el opositor tiene que elegir y desarrollar uno. La pregunta del millón suele ser cuántos temas llevar estudiados. Ningún preparador creo que deba atreverse a decir un número concreto. En mi caso, yo siempre contesto: cuantos más, mejor, siempre que estén bien llevados.
Si llevar 35 temas de los 69 (más de la mitad) equivale a un 97,5% de probabilidades de que alguno de tus temas esté entre los 5 agraciados, es preferible que esos temas estén actualizados y bien preparados a llevar un número mayor pero que ni siquiera te hayas parado a redactarlos para ver si eso que crees tener en la cabeza coge forma cuando quieres plasmarlo sobre el papel.
La manera de estudiarlos depende de cada persona. Aquí (y nunca mejor dicho) cada maestrillo tiene su librillo. Lo que sí debes hacer es planificarte: ponte horarios realistas que sepas que vas a poder cumplir. Ya no eres ese alumno que lo único que tenía que hacer era estudiar. Ahora tienes otras responsabilidades y en tu nueva situación es mucho más importante la calidad que la cantidad.
Cuando salgan las temidas bolas (en un silencio que recordarás toda tu vida), elige bien. Si no te toca ningún tema, ni se te ocurra levantarte y suspenderte a ti mismo. Improvisa e intenta recurrir a tus conocimientos de otros temas y a tu propio bagaje (sé de lo que hablo…) Si solo llevas un tema de los que han salido, no hay ningún dilema: haz ese. Y en el caso de llevar más de uno, sería bueno que te establecieras un ranking de antemano. Para entrenar esto suelo hacer otra comparación relacionada esta vez con Gervasio Deferr. Gervasio fue (y siempre será) un medallista olímpico cuyas medallas no solo han dependido de ser un excelente gimnasta, sino de los saltos (e incluso tropiezos) de sus adversarios. Redacta el tema más competitivo, que es ese que yo llamo el menos «inventable» por aquellos candidatos que no lo llevan preparado pero pueden improvisarlo sobre la marcha.
Hazlo todo de manera limpia y ordenada, procura que tu examen sustituya a la plantilla que tenía tu tribunal y crea en ellos la necesidad de querer escuchar al maestro que se vislumbra tras él en la siguiente parte…
FIN DE LA PRIMERA PARTE (DE DOS)
2 comments
Una exposición clara y lúcida, maestro.
Me hizo falta llegar a ti para saber que soy capaz. Yo no puedo saber que bolas caerán ni qué pasará con el concurso, pero estoy SEGURA de que aprobaré tanto la parte A) como la B). Gracias, maestro. ??