Ayer mismo me escribió. Me dijo:
«Te echo de menos. Aunque ya no esté en el instituto, nos tenemos que ver».
Y le contesté:
«Tú y yo siempre estaremos juntos. Miro mi tatuaje y estás siempre conmigo».
Nunca conoceremos la verdadera dimensión de nuestra influencia en nuestros alumnos. No sé si hace falta decirlo a estas alturas, pero para mí el inglés es una excusa para ser maestro. Además de la imborrable influencia de mi MAESTRO Chano, veo en el inglés la asignatura perfecta para adaptarla a lo que quiera enseñar en ese momento: hay veces que vemos un texto sobre comida saludable y aprovecho para indagar en qué comen e incluso si han desayunado ese día. Otras veces, trabajamos el presente perfecto y lo utilizo para decirles que «si algo que ha ocurrido en el pasado tiene solución en nuestro presente, eso hará de nuestro presente un presente perfecto».
Sé que los maestros más «ajustados» al temario hacen su trabajo lo mejor posible, pero siempre defenderé llegar al alumno por la vía emocional antes que por la estrictamente académica. Cuando un alumno te abre su corazón, ya puedes enseñarle el tema de la asignatura que quieras.
Hay veces que me preguntan por las emociones como hilo conductor de las programaciones didácticas y les sugiero cambiarlo. Por supuesto que es un hilo (rojo, en este caso), pero separar las emociones por unidades didácticas en mi opinión no tiene sentido. Todas las emociones (a la vez) suman lo que somos. No puede haber una unidad dedicada a la tristeza (emoción muy necesaria) y que esa emoción no se sienta en la siguiente unidad solo porque esté dedicada a otra. Pensaría lo mismo si el hilo conductor fueran los valores o las competencias clave.
Me gustaría que no se malinterpretara mi artículo de hoy. Al niño no hay que mimarlo («mi mamá me mima», valiente estupidez…), pero sí hay que preocuparse por él, hay que reforzarlo en lo que sabe hacer y enseñarle la importancia de equivocarse en lo que (aún) no sepa. Solo así, algún día puede llegar con un tatuaje (esto es una exageración, pero es parte de mi vida) porque un día un maestro le dijo que no se rindiera y que había que seguir nadando siempre…
Leyenda de los tatuajes de la fotografía:
Esquina superior izquierda: una alumna que sabía que «si podía soñarlo, podía hacerlo».
Esquina inferior izquierda: un alumno que me pidió que le escribiese «just keep swimming» en un papel sin yo saber para qué…
Derecha: la única alumna que ha conseguido que yo me tatúe lo mismo en la misma muñeca (mi niña del mensaje de ayer).
6 comments
Muy orgulloso de mi tatuaje, me has enseñado, no solo a seguir nadando, si no a saber cómo empezar a nadar y mirar hacia delante y centrarme en mis objetivos. Te quiero un montón <3
Estoy súper orgullosa de haberte conocido, no me pude emocionar más cuando nos estuvimos mirando los dos mientras nos tatuada, me alegro haberte conocido y lo que tu y yo tenemos es para siempre!!
Precisamente cuando el primer día de clase contaste la historia del tatuaje, supe que estaba al lado de la persona correcta. Aún recuerdo la emoción que sentí en ese momento (y hay foto!!)
¡Maestro!¡Falta mi Dori!!! Porque hay personas que no se quedan solo en tu corazón, sino que calan en todos los poros de tu piel y de tu ser. Y por eso estaréis Reyes y tú siempre conmigo. ❤❤🐟
Ahí la tienes: de imagen destacada, como te tendremos siempre en nuestros corazones…
🥲 Es que no podéis ser más bonitos…😘 Gracias por existir.