Hace un par de años, me encomendaron la labor de llamar a las familias de los expulsados del instituto para comunicarles el fatal desenlace que conlleva ir en contra de las normas de convivencia de manera reiterada o grave. Es duro, pero también es duro imaginar lo que siente una persona que sí quiere estudiar y ciertas conductas se lo impiden hora tras hora, día tras día.
Este curso, la asociación ADAE de Sevilla se ha ofrecido para atender al alumnado mientras dure su expulsión. El alumno debe asistir al Centro Cívico del barrio con su material y las tareas que el profesorado le haya enviado. Por su parte, la Comisión de Convivencia del instituto tiene en cuenta la actitud positiva del alumno durante su asistencia, lo que puede atenuar la duración de la sanción o tenerse en cuenta en posteriores expulsiones.
Quiero aprovechar el artículo de hoy para contaros tres anécdotas de las muchas que me han sucedido en estas llamadas que hago a las familias:
Medalla de bronce: “Me cago en tu puta madre”.
No me he vuelto loco, no. Os transcribo la conversación entre la madre de un alumno y yo aquella mañana soleada que amenazaba tormenta:
– Buenos días, señora. Le llamo desde el instituto.
– ¡Pues yo me cago en tu puta madre!
– No diga eso, señora. Mi madre es una mujer muy buena. Probablemente, tanto como usted. Por su tono de voz, estoy seguro de que ha luchado tanto como usted en la vida. Así que le pido que no la insulte. Si quiere, yo voy a colgar y empezamos la conversación de nuevo.
Colgué y volví a llamar:
– Buenos días, señora. Le llamo desde el instituto.
– Buenos días, hijo.
El resto de la conversación fluyó bastante bien.
Medalla de plata: Churros con chocolate.
Ese día, era muy importante que la madre de un alumno viniera al instituto para firmar la expulsión inmediata de su hijo. Quería prender fuego a la clase y clavarle una navaja a un profesor. Poca cosa…
La conversación transcurrió así:
– Buenos días, señora. Le llamo desde el instituto. Su hijo quería cometer dos actos muy graves y le rogamos que venga a recogerlo. Aquí le contaremos lo que ha pasado.
– ¡Yo no voy a por mi hijo! ¡Qué fácil es quitárselo de en medio!
– Señora, yo la entiendo, pero las normas…
– ¡Que no voy a ir!
Entonces se me encendió la bombillita:
– ¿Pero cómo no va a venir? ¿Y qué hago yo ahora con el chocolate con churros que había pedido para tomármelo con usted cuando viniera a hablar conmigo?
– ¿Tienes ahí chocolate con churros?
– Enfriándose.
– Voy para allá. Tardo cinco minutos.
– Tarde usted diez -si no, no me daba tiempo de ir a comprarlos.
Vino, firmó y se fue tan conforme.
Medalla de oro: Perdón por todo.
En este último caso, quiero otorgarle el máximo galardón a una señora que nos demuestra que no todo está perdido, a pesar de que el manual de instrucciones del adolescente esté en blanco para muchas familias:
– Buenos días, señora. Le llamo desde el instituto. Por acumulación de partes, su hijo será expulsado del centro durante quince días.
– Otra vez…
– Lo lamento mucho.
– No sé qué voy a hacer con él.
– Yo le recomendaría que hablase seriamente con él. También puede pedir cita con su tutor si necesita ayuda.
– No sirve de nada. Se lo he quitado todo y le da igual. Le estoy haciendo un seguimiento con su tutor y también le da igual.
– ¿Usted cree que el niño tiene algún problema?
– No. Él lo tiene todo. El problema lo tenemos nosotros.
– Si le consuela, la adolescencia se acaba curando. Por desgracia, pero se acaba.
– Muchas gracias, de verdad. Y pida perdón por todo a sus profesores y a sus compañeros de mi parte.
Esta llamada todavía no la he colgado.
8 comments
Me suena la conversación de medallas de oro,yo siempre pienso que los padres son así y estoy muy sorprendido con la de bronce,la de plata es muy divertido.
Ánimo queridos amigo y profeser favoritos.
Por recoger a mi hijo no, pero a mí nunca me has llamado chocolate con churros :p
Yo este año estoy aprendiendo bastante …… Sin partes de expulsión y sin llamadas los churros con chocolate alos acepto?, en cuanto a lo que hace ADAE es un trabajo extraordinario….no todo está perdido, los adolescentes están en edades muy difíciles y con un poco de psicología y paciencia se puede revertir poco a poco su comportamiento , además pienso que lo que hace ADAE se debería estar haciendo y hacer desde hace tiempo y de forma obligada , su los niños expulsados se van a casa a dormir hasta la hora que quieran y jugar a la play sería un premio para ellos , que aprovechen el tiempo y no se queden atrás . Enhorabuena por el proyecto.
Hijo muchas veces cuando estoy leyendo tu blog pienso que habrá personas que lo lean y no te conozcan lo suficiente y piensen que son historias sacadas de un cuento de hadas y no, tus vivencias y tu forma de ser y de trabajar, son tan reales que hasta tu madre se sorprende.
Te quiero hijo y sigue nadando
Estoy seguro que no hay medallas para tanta verdad. Una pena que el sistema no tenga alternativas… Pero tú las tienes casi todas
La de los churros yo creo que nos identifica a todo el mundo, ¿quién NO cambia planes por ellos?
Se que no hay tantas medallas como verdades que cuentas, sin duda tu te llevas el oro.
Felicidades por hacer realidad lo que los de arriba no son capaz de organizar y gracias a ADAE por involucrarse con el barrio y sus problemas. Eres especial, ya lo sabes, tu manera de abordar cada «problema» nos hace aprender a todos. Me quedo con la señora de los churros, genial!!! Cada uno tiene unos principios y valores… pero los churros!!! esa proposición es complicada no aceptarla…