Según la RAE, el término programar se entiende como bla, bla, bla… bla, bla, bla… bla, bla, bla. Querido nadador, si esperabas un blog lleno de definiciones vacías, frías y sin sentido práctico, definitivamente este no es el que estabas buscando. De alguna manera, todos sabemos qué es programar. Otra cosa es que sepamos cómo hacerlo de una manera didáctica y ahí es donde sí puede ayudarte esta entrada. He visto manuales con páginas y páginas dedicadas al “sentido de programar”, cuáles son las “necesidades de cara a programar” o cuál es la “utilidad de una programación didáctica”. Llevo muchos años haciendo programaciones didácticas y no sabría contestar con exactitud a ninguna de esas tres “exigencias”.
También me gustaría advertirte que este blog no es una varita mágica. En su desarrollo, algún lector podría pensar: “A este me gustaría a mí verlo en mi 1º E”. Pues quisiera confesaros que yo he estado en ese 1º E. Es más, cuando he solucionado lo poco o mucho que pude solucionar allí, he buscado otro 1º E que me motivara aún más. A los seis años de impartir clases en el IES Antonio de Ulloa (La Rinconada, Sevilla) y justo después de terminar un ciclo que comencé con 1º E y terminé seis años más tarde con el único 2º de Bachillerato del instituto, decidí buscar otro 1º E en otro lugar. Y cuando ni yo mismo encontraba una razón que me convenciese de que mi salto al vacío no era una temeridad, un exalumno me dijo: “Yo sé por qué te vas. Te vas porque eres como las bicicletas: si te paras, te caes”. Definitivamente, fue él quien me dio la varita mágica.
En mis años como preparador de oposiciones para el acceso al Cuerpo de Profesores de Enseñanza Primaria y Secundaria, siempre he comenzado mis clases con dos preguntas muy difíciles de contestar. La primera es: “¿Desde cuándo eres maestro/a?” Todos me contestan conforme a su experiencia laboral: unos dan clases en academias desde hace unos años, otros apenas llevan unos meses como interinos en un colegio o instituto y otros me contestan que no han trabajado como maestros nunca. Hasta la fecha, ninguno ha reparado en que esta es una pregunta trampa. Un maestro es maestro desde que nace. Desde que pone sus peluches delante de él para darles su primera lección. O desde que reúne a los vecinos o familiares que se prestan, pacientemente, a ser sus primeros pupilos. Ya lo advirtió García Márquez en sus memorias: “Sé que fue la decisión más importante de cuantas tuve que tomar en mi carrera de escritor. Es decir: en toda mi vida”.
La segunda pregunta es todavía más compleja: “¿Y qué es ser maestro/a para ti?” El último año que di clases en el IES Flavio Irnitano (El Saucejo, Sevilla) tuve la enorme fortuna de dar clases de Literatura Universal. Creo que la compañera que me cambió esa asignatura por un Taller de Lectura de 1º de ESO aún no es consciente del regalo que me hizo ese año… Gracias, amiga. Cuando me presenté a mis alumnos les dije: “Soy José Enrique y no sé qué es la literatura”. Es algo parecido a lo que me sucede con programar e idéntico a lo que me pasa con mi profesión. Sé lo que me hace sentir. Sé que no podría hacer otra cosa. Pero no sé dar una respuesta a esa cuestión. Algunos han sabido esquivarla diciendo que para ellos ser maestros es una forma de vida. Para mí es la única forma de vida. Una de las primeras veces que entré en la frutería de mi calle, le pedí al frutero varias cosas y él me sorprendió con un “se nota que eres maestro”. “¿Por qué?”, le pregunté. “Por la forma de pedir las frutas”, contestó. Este frutero, ecuatoriano de nacimiento, me dio sin él saberlo muchas claves para mi profesión. Probablemente, la que se vende allí no sea la fruta más fresca de Triana, pero su manera de venderla y de tratar al cliente la hacía deliciosa y siempre pensé que esas mismas frutas (contenidos) no tendrían la excelente fama que tienen (evaluación) si se vendieran de otra forma (metodología). Nunca olvidaré tu bolsita de frutas de las 7 de la mañana “para el camino”. Gracias, amigo. A partir de ahí, bajo el listón de las preguntas que hago.
Ayudarte a hacer algo que no sé definir no debería ser un inconveniente, pero está en tu mano (y lo aconsejo desde el principio para que luego no haya malos entendidos) utilizar o no este blog como complemento a la formación que has recibido hasta ahora. Yo mismo me cuestionaría mi continuidad con mi entrenador personal si no me ayudase a conseguir los objetivos que me he propuesto. Desde luego, si buscas cómo hacer una programación perfecta, te digo de antemano que lo cierres ya. Pero si buscas cómo hacer una programación original (a la vez que realista) pensada en el alumno más que en el tribunal o el inspector que luego la evaluará, quizás sí pueda ayudarte.
Yo no tengo la receta mágica. Si hacer una programación “perfecta” consistiera en seguir una serie de pasos preestablecidos, necesitaríamos otra receta para diferenciar las mejores entre tanta “perfección”. Yo me presenté en la convocatoria del 2006, obtuve un 10 en la programación didáctica y a día de hoy no soy capaz de dar ese documento como “ejemplo” de nada. Ya no sirve. Se desfasó desde el momento en el que terminé de exponerla. He tenido alumnos que han hecho programaciones mucho mejores que la mía, pero tampoco esas sirven ya. No hay nada menos duradero que la novedad. Mis aportaciones a esas programaciones les han servido de GPS, de luz en un camino oscuro, de inspiración para el que creía no encontrarla o, como una alumna muy querida me señaló, de “enrique-cimiento” de todo lo que muchos traían ya de casa. Al final todo se reduce al toque mágico que cada uno debe encontrar y cada uno debe darle. Ese ingrediente secreto del que nos hablan en Kung Fu Panda cuando nos desvelan que: “El ingrediente secreto es que no hay ingrediente secreto”.
En términos de perfección, no es fácil llegar a un consenso. Si reuniésemos a todos los autores de programaciones didácticas que han obtenido la excelencia en sus oposiciones comprobaríamos que no hay un patrón común, pero sí hay “algo” que las hace especiales. Algo que hace que cuando un miembro de cualquier tribunal llega a casa después de haber escuchado alrededor de ocho defensas, al final solo pueda recordar la tuya. Ese algo que sale a relucir cuando los miembros de un tribunal están tomando café en el descanso. Eso que con el tiempo sigues poniendo como ejemplo porque es imposible de olvidar…
De modo que no te daré (ni puedo darte) ninguna norma. Toma todo lo que aquí leerás como una humilde ayuda, como una linterna para ese camino oscuro que estás a punto de emprender. Y da igual si te presentas a una oposición o a la también ardua tarea de planificar tu año académico. Olvida los “recortaypegas”. Haz la programación didáctica que tus alumnos merecen. La que tú hubieses querido que tu maestro siguiera cuando eras alumno. La que sería aprobada por cualquier miembro (cromañones incluidos) de cualquier tribunal porque le gustaría ser tu compañero en el colegio o instituto, o porque ve en ti el docente que querría tener para sus hijos.
Sin embargo, el requisito fundamental antes de ponerte a programar es la confianza en ti mismo. Da igual de donde la saques o la forma que adopte. Da igual si la sacas de una chistera o si adquiere la forma de la pluma mágica que hizo que Dumbo se atreviera a volar. Búscala, sácala y empieza a nadar… Que la inspiración te acompañe.
5 comments
Precioso… Los vellos de punta!!! Gracias por cruzarte en nuestro camino. ♥️♥️♥️
Cada día te admiro más. Tu mejor valor, la humildad. ??
He sido alumno tuyo, he llorado en clase, he reido, me he divertido… Puedo decir que desarrollé no solo contenido académico contigo. He desarollado sentimientos, valores… Al final no creo que la clave sea una mera programación didáctica plasmada en papel o diapositivas. Está en ti y en todas esas personas sentada delante de 30 alumnos o mas y consiguen su atención y su lo demás llegará. Tú lo hicistes y lo sigues haciendo.
Eres grandre como PERSONA (ya eso no lo es cualquiera) y como MAESTRO me quedo sin palabras, hay que quererte porque no hay otra opcion… el mundo necesita algunos mas como tu, pero eso es tan dificil!! Porque eres UNICO.
Gracias por todo lo que nos enseñas… ?
Tengo la dicha de os conoceros
personalmente , como ser humano posees cualidades que te hacen único, siento tanta envidia sana de tus alumnos…cuántos de nosotros deseamos un profe así en nuestra infancia….sois dichosos..sigan nadando sin importar lo que suceda ..